No te obligues a ganar siempre
No te obligues a ganar siempre
He vuelto a competir. Invitado por amigos a correr en equipo, me lancé a la aventura de un XCM de poco más de 77 km con 1700 m de desnivel, y te confieso: la he pasado de maravilla. La emoción de compartir kilómetros, gestionar la comida y coordinar el esfuerzo en conjunto me hizo sentir ese estado de flow del que te contaré la próxima semana si D-s quiere.
Recordé las palabras del Hávamál - un antiguo poema nórdico -
“Solo los necios creen que pueden vivir para siempre huyendo de sus enemigos.”
Y, en ocasiones, el enemigo está en casa: esa voz interior que nos insiste en que debemos controlar cada variable, en lugar de dejar que las cosas fluyan.
Empecé a mover los pies en dirección a mi objetivo, entendiendo que renunciar al control no es rendirse, sino aceptar que no luchamos contra la corriente, sino que aprendemos a seguirla como un río. Al aceptar cualquier cambio en el guión como algo inevitable, me niego a imponer mi voluntad a ultranza.
Esto significa mantener mi actitud en orden, incluso cuando el camino se vuelve impredecible.
La tarea, entonces, no es convencerme de que todo saldrá perfecto, sino recordarme de vez en cuando que mi objetivo es alcanzable, sin importar las dudas que surjan en el camino. ¿Me resultará o no? Esa incertidumbre es parte del viaje. Al final, lo que elijo no es simplemente el éxito o el fracaso, sino la experiencia de crecer en cada paso.
Sigue moviéndote, confía en el proceso y, sobre todo, date permiso para disfrutar el camino sin la obligación de ganar siempre.
Si este tema te resuena y quieres mejorar tu mentalidad olímpica, escríbeme a
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y cuéntame tus dudas.
Te ayudaré a encontrar claridad y estrategias para seguir avanzando.
Te escribo la próxima semana.
Desde Madrid.
Santiago ⚡️
Psicología + Rendimiento
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